RESUMEN
Uno de los problemas sociales con el que nos encontraremos
durante la transición en Cuba será el racial.
Por ello el trabajo aborda el fenómeno de la discriminación
en el campo cubano desde un enfoque psicosocial. Se analizan
las tendencias que aparecen en la dinámica del cambio
en la tenencia de la tierra entre personas de distintas razas,
el papel de la inmigración antillana en el incremento
del racismo, y las migraciones internas como factores a considerar
en la agudización del prejuicio y la discriminación
racial durante la primera mitad el siglo XX.
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LA DISCRIMINACIÓN RACIAL EN EL CAMPO CUBANO.
En un
país cuya actividad económica fundamental es
la agricultura, resulta necesario estudiar, en la medida de
lo posible, como se ha manifestado el prejuicio en las zonas
rurales. Una de las más sutiles formas de discriminación
racista que se practicó en Cuba contra la población
negra del país es el relativo a la casi absoluta imposibilidad
de acceder a la propiedad de la tierra por parte de los miembros
de esta raza.
En los primeros años de la República existía
una norma social informal que consistía en no vender
las tierras a los negros o mulatos. Como veremos, está
se cumplía estrictamente.
A través del estudio de la dinámica de la estructura
de la tenencia de la tierra veremos como los grupos raciales
muestran importantes desigualdades (asimetría), lo
que determinará las posiciones que ocuparán
cada uno de ellos en el entramado de la estructura social.
Si analizamos la estructura racial por zonas rurales y urbanas,
encontramos que en 1899 el país contaba con 1 572 845
habitantes, de ellos 520,400 correspondían a la población
de color (negros, mulatos y chinos) y representaba el 33,1
por ciento del total. La población rural era de 359
178 negros y 733 478 blancos que representaban respectivamente,
un 32,9 y un 67.1 por ciento del total.
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