San
Fancón es una entidad religiosa bastante conocida aunque
no siempre reconocida como tal dentro del complejo religioso
Ocha - Ifá en Cuba.
Asumido
como avatar o "camino" de Changó en la lejana
China, nuestro San Fancón deviene singular producto
cultural, propio de la integración del chino al etnos
cubano, proceso que comenzó hace poco más de
150 años.
I.- La
economía de plantación marcó definitivamente
los cauces de la cultura cubana. Si considerásemos
válida la periodización que propone Manuel Moreno
Fraginals (14-II,94), en la etapa comprendida de 1838-1842
a 1869-1873, luego de agotar sus posibilidades productivas,
la plantación solo crece por involución y entra
en crisis definitiva. La máquina de vapor, el ferrocarril,
los evaporadores al vacío y la centrífuga, constituyen
el embrión de la gran industria azucarera. La nueva
situación creada pedía a gritos el trabajo asalariado,
pero el tránsito desde la esclavitud no podía
suceder sin afectar demasiados intereses y la solución
"...fue un sistema intermedio: el colono chino"
(14-I,220-221).
A fin
de solucionar tal contradicción, entre 1847 y 1874
se introducen en Cuba alrededor de ciento cincuenta mil culíes.
Semejante flujo migratorio influye necesariamente en la estructura
clasista de la sociedad cubana, así como en otros aspectos
de la vida social y cultural, y de hecho, en el proceso de
formación y consolidación de la identidad nacional.
Como es
sabido, anteriormente, en el período de 1790 - 1830,
durante la etapa de mayor auge de la plantación, una
gran oleada de esclavos africanos, fundamentalmente de origen
yorubá, de los que llegaron 250 000, constituyeron
la mano de obra esencial de ese tipo de economía, mayormente
desarrollada en el occidente cubano.
Así,
negro y chino compartieron en lo rural: barracón, cañaveral,
ingenio; en lo urbano: ciudadela y marginalidad; y, en general:
segregación, explotación y discriminación,
tanto por su origen étnico, como por su condición
económico - social. También, es verdad, asumieron
juntos rebeldía, cimarronaje, apalencamiento y lucha
mambisa.
El brutal
estado de semiesclavitud en que se sumía al colono
chino y su denuncia, provocaron la visita a Cuba de la Comisión
Chin Lam Ping en 1876 y el tratado chino - español
de abolición de la semiesclavitud al año siguiente.
El suicidio
masivo, la huida a los palenques libertarios y una solidaridad
entre sus compatriotas y los esclavos negros que sufrían
de los mismos males, también formaron parte de la cotidianeidad
de aquel grupo humano que se caracterizó desde siempre
por su eficiencia y dedicación en el duro trabajo,
modestia, hermetismo, alto sentido del deber, enorme dominio
de las propiedades de los elementos naturales (plantas, animales,
etc.) y una espiritualidad que resultaba enigmática
para los que detentaban el poder. Muchos chinos se incorporaron
al ejército libertador donde derrocharon estoicismo
y coraje (ninguno traicionó ni desertó), gran
cantidad de ellos poseían experiencia militar, pues
eran los prisioneros de la rebelión Taiping que habían
sido vendidos y traídos a América vía
Macao. Alguno de ellos alcanzaron grados militares en las
filas mambisas como el comandante José Bu o el capitán
José Tolón, quienes, una vez constituida la
república en 1902, formaban parte del reducido grupo
de extranjeros que podían aspirar a la presidencia
de la nación por los años y méritos acumulados
en las guerras de independencia.
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