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La
prensa y los Brujos de este siglo. El descubrimiento en Matanzas del cuerpo de la pequeña Cecilia Dalcourt, supuestamente sacrificada por brujos antropófagos, desató la ola de tensión racial de 1919 en Cuba que dejó el saldo de siete muertos y varios heridos en Matanzas a finales de Junio. Poco después un transeúnte negro fue linchado en Regla (barrio de La Habana) al suponer las gentes exaltadas que cargaba a un niño muerto en su bolsa, sólo para comprobar después de muerto que el hombre no llevaba nada incriminante en su bolsa. El papel de la prensa escrita fue fundamental durante el desarrollo de la política racial a principios de siglo, reflejándose ampliamente desde la cobertura del supuesto asesinato ritual de la niña Zoila en La Habana en 1904 (Ortiz, 1906) hasta llegar al caso de la niña Cecilia en Matanzas en 1919. El periódico Previsión fue vital para el fortalecimiento del Partido Independiente de Color entre 1907 y 1910, bajo el liderazgo de Evaristo Estenoz, Pedro Ivonnet y el periodista Gregorio Surín, reclamando la integración racial de la nación con igualdad de oportunidades para la población afrocubana. Las luchas de los Independientes contra el gobierno del presidente José Miguel Gómez culminaron en la protesta armada del 20 de Mayo de 1912 que terminó ahogada en sangre después que se suspendieron las garantías constitucionales en Oriente el 5 de Julio de ese mismo año. En 1912 los periódicos más importantes de Cuba coincidieron en definir la protesta lidereada por los Independientes de Color como una sublevación de los negros contra los cubanos blancos. Los rebeldes insistieron en que la protesta se debía a motivos políticos al prohibirse la participación de su partido en las elecciones venideras en Noviembre de ese año. La presencia de la temida secuela de la revolución haitiana fue identificada por los editorialistas mientras el tema de las mujeres blancas violadas por los negros y la bestialidad criminal de los brujos salía a relucir. El Mundo y La Discusión afirmaron que la conspiración negra en el Caribe estaba dirigida desde Haití (Helg, 1995). El clima de confrontación que prevaleció desde la "guerra racial" de 1912 fue deshaciendo los mitos de igualdad racial en la República. El semanario La Antorcha publicado por afrocubanos en La Habana imprimió un suplemento gratuito el 30 de Junio de 1919 condenando los linchamientos en Matanzas y Regla. El Club Atenas también divulgó un manifiesto acusando a la prensa por la incitación racista de la opinión pública a favor de los linchamientos; Juan Gualberto Gómez y otros veteranos firmaron el documento. La crisis racial durante todos estos años estuvo enfocada sobre interpretaciones etnocéntricas de los ritos de la Regla de Palo Monte o Regla Bruja de la religiosidad afrocubana. La sospecha del carácter delictivo que implica la práctica de estas tradiciones se extendió en la opinión pública a los practicantes de la Regla de Ocha popularmente conocida como santería así como a los plantes Ñáñigos o sociedad Abakuá y al sacerdocio de Ifá. La vanguardia intelectual afrocubana no negó la supuesta naturaleza criminal de las prácticas rituales de origen africano, sino que enarboló la ideología de que "no todos los negros son brujos" ni practicantes de la vida ritual o la "cultura salvaje del tambor". Desde los orígenes del semanario El Nuevo Criollo, publicado desde 1904 por Rafael Serra, representante del partido Moderado electo por Oriente, se abogó por la necesidad de educación y empleos públicos para la población negra criticando a la Iglesia católica por no aceptar negros en sus colegios privados. Se criticó a las familias negras de clase baja por permitir el empleo de sus niños como servidumbre doméstica, fomentando el espíritu de servilismo en la juventud afrocubana; pero no hubo promoción ni verdadera defensa de los valores socioculturales afrocubanos como componentes forjadores de la nacionalidad cubana.
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