Para poder establecer una comparación
entre la religión de los Orishas de Nigeria
y la Regla de Ocha o Santería en Cuba existen
cuatro aspectos que considero básicos a fin
de concretar similitudes y dicotomías, los
cuales meritan ser sometidos a análisis en
ambos cultos.
Finalidad del Sistema.-
La religión de los Orishas de Nigeria se ubica
en una zona donde la finalidad de las creencias tradicionales
está centrada en "el tránsito feliz
de la vida a la muerte", según establecieron
en la segunda mitad del siglo pasado los antropólogos
británicos Augusto Mockler Perrymon y Mary
Kingsley (7).
De acuerdo al sentido eminentemente práctico
que prima en todas las religiones tradicionales al
Sur del Sahara, es fundamental en la estructura sistémica
de las mismas dicho aspecto de la finalidad, toda
vez que ello genera el complejo de motivaciones que
define la práctica de un determinado modo de
religiosidad popular.
En este caso las atribuciones de tales orishas están
en dependencia de ese "paso" o "transitar"
que realiza el creyente desde el "ayé"
o realidad concreta donde discurre su existencia hasta
el "alem" o mundo de las realidades inefables
donde moran los dioses y los espíritus de aquellos
que antes marcharon hacia el "olum" o lo
infinito. Cuando sumamos el espectro total de las
atribuciones conferidas a los orishas, vemos como
están asumidas todas sus vías para que
el creyente pueda realizar el objetivo básico
de su fe.
Relación entre la creencia
y el marco socioeconómico donde radica.-
En el caso nigeriano vemos como existe una total correspondencia
entre la realidad socioeconómica y el sentir
religioso o. dicho de otra manera, entre la cultura
material y la espiritual, donde ciertamente una es
consecuencia de la otra y viceversa, pues si bien
es cierto que en un primer momento las realidades
objetivas del medio delinearon muchos de los aspectos
fundamentales en el sistema religioso tradicional,
a medida que la base económica (bienes de consumo,
tecnología, etc.) se desarrolla; la cultura
espiritual y dentro de ella lo religioso, impone los
criterios que rigen el desenvolvimiento social, hasta
el punto que tal vez pudiera calificar como reversión,
cuando llega a determinar en no pocos aspectos dentro
de las propias relaciones económicas.
Pero también hay que tener en cuenta que muchos
de esos seres míticos son el resultado de un
proceso de deificación que abarcó a
personajes históricos o reales, idealizados
en virtud de los mecanismos propios del culto a los
antepasados y de los intereses de los grupos dominantes;
personajes que existieron y cuya biografía
abarcó sucesos, personas y lugares verídicos;
sitios tal vez cotidianos para gran parte de los creyentes
en Nigeria y otros lugares cercanos donde se practica
esa religión, todo lo cual contribuye a un
mayor estrechamiento entre lo mítico y lo real,
pues para esos practicantes es muy fácil transgredir
en ambas direcciones los límites entre lo sobrenatural
y lo concreto.
Sistema de dependencia.-
En la religión de los Orishas nigeriana la
relación entre los creyentes y los orishas
está determinada por un sistema de dependencia
que prácticamente excluye toda posibilidad
de las arbitrariedades que implican el "gusto"
o la "afinidad" conque estas devociones
se desenvuelven en las transculturaciones afroamericanas.
Un creyente tradicional en Nigeria no está
ligado a un orisha porque este sea el que le gusta
o el más cercano a su tipo, sino por un acondicionamiento
cultural que tiene tres grados o modos: el familiar,
el comunitario (aldea, pueblo o ciudad) y el oficio.
Así el primer orisha que le pertenece es el
de su propia familia; en segundo término, por
ley natural está ligado al del lugar donde
vive y finalmente, se vincula con el que patrocina
el oficio, trabajo o función mediante el cual
obtiene su sustento y el de su familia.
Con este máximo de tres posibilidades, que
pueden ser dos o una, de acuerdo a las coincidencias
que se produzcan entre las tres dependencias, el devoto
tradicional en Nigeria soluciona todos sus problemas,
sin tener que recurrir a ningún otro orisha
fuera de los antes establecidos.
Morfología del Orisha.-
Como antes indiqué los orishas son tenidos
por seres antropomórficos Intermediarios entre
Oloddumaré y los hombres, todos y cada uno
de ellos en Nigeria son capaces de solucionar totalmente
las necesidades de sus devotos, pues hay en cada uno
de ellos una integralidad que hace innecesario el
concurso de otros orishas para atender las demandas
de quienes en ellos creen.
Pero además, aunque por la extensión
que puede abarcar el culto a un determinado orisha
es susceptible que en ciertas regiones dicho orisha
puede tener diferentes nombres, eso no implica que
cada denominación corresponda a un orisha diferente,
ni aún a caminos o advocaciones disímiles
del mismo, sino que todos esos apelativos constituyen
solamente maneras de llamarlo, las que a veces indican
un lugar específico donde le rinden culto,
o también los distintos títulos que
posee dicho orisha.
Un ejemplo de lo antes expuesto brinda Pierre Verger
al mencionar los siete títulos que acompañan
al nombre de Ogún en el territorio de los yorubás,
son estos Ogún Igiri en Adja Were; Ogún
Edeyi en Ilodo; Ogún Ondó en Pobe, Igbo-Iso
e Irokonyi; Ogún Igboibó en Ixedé;
Ogún Elénjo en Ibanion y Modogan; Ogún
Olópe en Exedé Ijé y Ogún
Abesan en Ibarike Fudite, pero todos son el mismo
Ogún, dios de la guerra y patrono de los herreros
(8).
Por último hay que tener en cuenta el factor
histórico en la mayoría de los orishas,
siendo frecuente que diversas hazañas atribuidas
por las fuentes tradicionales a estos personajes,
hayan sido incorporadas a su biografía mítica
cuando fueron deidificados y el factor de la cercanía
física de los lugares que sirvieron de escenario
a esos hechos notables, es un elemento que gravita
en la conciencia religiosa de quienes profesan dicho
culto en el suroeste nigeriano.