Si al formarse la religión
de los Orishas en Nigeria asistimos a procesos donde
se vinculaba una cultura más desarrollada (la
akú) con otras menos evolucionadas (nagós,
lucumíes e ibos) siendo la primera de ellas
fundamental en la integración del sistema;
en el caso de la Regla de Ocha en Cuba la situación
es completamente diferente, porque aquí la
cultura básica para el sistema es la del más
débil, representada por las aportaciones yorubás-lucumies,
frente a la cultura española sostenida por
el colono indiano.
Pero a estas alturas del análisis prefiero
hablar de dos planos culturales donde en primera instancia
se efectúa el proceso o los procesos sincréticos,
uno correspondiente a las culturas menos desarrolladas
y otro perteneciente a las más evolucionadas.
Es la realización de los mecanismos sincréticos
en ambas dimensiones lo que he denominado como línea
interna del sincretismo, mientras a los vínculos
entre ambos planos los clasifico como línea
externa del sincretismo, lo cual en alguna medida
se corresponde con lo que algunos antropólogos
o estudiosos de la fenomenología de las religiones
hoy llaman bajo y alto sincretismo.
En el caso cubano las especies que integran uno u
otro plano distan mucho de ser homogéneas,
ni aún en el origen étnico; pues el
factor negro de la santería no es únicamente
akú (lucumies, yorubás) porque en él
están presentes elementos de clara ascendencia
nupe o takua, mandingas y ewe-fong, mientras tampoco
la cultura más evolucionada que se les enfrenta
tiene un sólo origen, ya que además
de las diferencias regionales d e España que
portaban los colonizadores ibéricos de acuerdo
a sus procedencias, también hay que tener presente
cuantas aportaciones musulmanas y hebreas coinciden
en la matriz cultural hispana, a más de influencias
anglo-sajonas, gálicas, flamingas y hasta germánicas,
consecuentes a los intercambios culturales que el
comercio y la economía europea de aquellos
momentos hacían inexcusables. Por todo lo dicho
es que sostengo la existencia de procesos internos
de sincretismos, anteriores o simultáneos a
que ambos planos comenzaran a influenciarse.
Por supuesto, que lo antes expresado es igualmente
válido si cambiamos los nombres de los componentes
del proceso y presentamos la Religión de los
Orishas traída por los negros lucumíes
y yorubas, frente al Cristianismo profesado por los
colonos españoles.
Conviene destacar que fundamentalmente no va a ser
el Cristianismo contenido en la doctrina oficial de
la iglesia Católica Apostólica y Romana
lo que va a actuar como factor modificante en las
expresiones religiosas tradicionales de los negros
en Cuba y otros países de Latinoamérica,
sino las prácticas y valores de un catolicismo
popular, en muchos aspectos al borde mismo de la herejía,
coincidente en razonamientos y tipos de prácticas
con las que ya habían desarrollado estos africanos
tradicionales ahora sometidos a la esclavitud.
No cabe dudas que unos y otros se influyeron mutuamente
hasta llegar a la base misma de sus creencias que
reconocieron, cuando no equivalentes, por lo menos
no antagónicas, ni mucho menos excluyentes;
por eso cuando terminó la esclavitud y con
ella gran parte de las prácticas cotidianas
y legales que frenaban una total integración
de las masas populares en la Isla, no fue extraño
que las formas de religiones afrocubanas y sobre todo
la Santería, comenzaran a ser practicadas igualmente
por negros, mestizos y blancos.
Existían una serie de analogías entre
la religiosidad tradicional que portaban los secuestrados
de ascendencia yorubá-lucumí y la religiosidad
popular de los blancos que encontraron al llegar a
Cuba, similitudes que pueden ser resumidas en el siguiente
cuadro:
ANALOGÍA
RELIGION DE LOS
ORISHAS
CATOLICISMO POPULAR
Creencia
en
un sólo Dios
Oloddumaré.
Dios
Padre
Creencia
en la
accion benéfica
y propiciatoria
de personajes
intermediarios
Los
Orishas
Vírgenes-Santos
Creencia
en una vida
más allá de la muerte
Alem.
Paraíso,
purgatorio e
infierno
Pienso que las tres anteriores
similitudes fueron puertas que permitieron a ambos
grupos de practicantes reconocerse como compatibles
y a partir de ellas se abrieron las vías para
los mutuos intercambios, cada vez mayores para la
parte negra a medida que fue concluyendo la trata
y con ello cortándose el vínculo con
el centro ancestral o punto de referencia para esa
religiosidad.
Así, paulatinamente, la Iglesia Católica
devino en el punto referencial de donde surgen los
elementos modificantes a la religión de los
Orishas en Cuba, conformando la transculturación
que hoy conocemos por Regla de Ocha o santería,
quedando introducidos en el nuevo culto valores dogmáticos,
aspectos litúrgicos y usos tradicionales como:
-El dogma de la Santísima
Trinidad, que posibilita la creación en la
santería de Olofi y Olorum, no existentes como
entidades míticas en la Religión de
los Orishas y que aquí es necesario introducir
para equipararlos con una Segunda y Tercera Persona
de la Santísima Trinidad, esto es El Hijo (Olofi)
y el Espíritu Santo (Olorum).
-Mediante Olofi es acortada significativamente la
incomunicación de los creyentes con la Deidad
Suprema, pues a Olofi se le dirigen jaculatorias y
oraciones, sutiles ofrendas y hasta "habla"
por determinados signos o "letras" de la
adivinación.
-Queda establecida una dependencia con la Iglesia
Católica que incluye el sacramento del bautismo
como indispensable, así como el ofrecimiento
de la misa en determinadas ocasiones.
-El uso de objetos de la práctica católica
como crucifijos, imágenes, agua bendita, velas,
etc.