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Avatares
de la transculturación orticiana
Por Jesús
Guanche
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El
impacto de la aculturación para los estudios antropológicos
Desde la segunda mitad
del siglo XIX la noción de aculturación fue
empleada con diversas acepciones. En 1881 John Wesley Powell
escribe -en evidente proclama etnocéntrica- que: "El
gran regalo a las tribus salvajes de este país [...]
ha sido la presencia de la civilización, la que, bajo
las leyes de la aculturación, han mejorado considerablemente
sus culturas, se han sustituido por nuevas y civilizadas,
sus viejas y salvajes artes, sus viejas costumbres; en resumen,
se han transformado los salvajes a la vida civilizada".
(8)
En 1895 Otis Mason reconoce
la idea anterior cuando estudia la diversidad de los intercambios
culturales que los pueblos del mundo han realizado y acepta
que "a esta transferencia general Powell le ha dado el
nombre de aculturación".(9)
.
En sus escritos de 1898
W. J. McGee, emplea el término en varias acepciones,
pero sin perder su significado etnocéntrico. En su
obra sobre Aculturación pirática
(10)
distingue formas piráticas y amistosas de aculturación.
Las primeras son propias de bárbaros y salvajes, de
contenido mecánico y estrechamente imitativas; y las
segundas son características de la civilización
y la ilustración, con un sentido más racional
y de integración consciente. Una vez más se
aprecia la diferencia entre "los otros" (los estudiados)
y "ellos" (los estudiosos), para argumentar la dominación
de los primeros por los segundos. Hoy día, las descripciones
y puntos de vista de Powell, Mason y McGee se asocian con
las implicaciones que también ha tenido el concepto
difusión y de asimilación forzada
en la historia de la antropología sociocultural.
Con el advenimiento del
siglo XX nuevas ideas sobre la aculturación fueron
elaboradas a partir de la Escuela Norteamericana de Franz
Boas (1858-1942) y sus discípulos, en el estudio de
la diversidad de conceptos sobre la cultura, como el ya clásico
realizado por Alfred Louis Kroeber (1876-1960) y C. Kluckhohn
(11)
y en la crítica a las anteriores corrientes del pensamiento
antropológico como el evolucionismo y el
difusionismo; hasta reconocer el sentido relativo del
desarrollo de una cultura respecto de otra, así como
el carácter propio de cada una de ellas.
La explicación
que se le da en los años 20 al impacto de la "civilización"
euro-norteamericana sobre las "tribus" aborígenes
del mismo continente es aún bajo el prisma de la aculturación,
matizada con términos de moda como "adaptación",
"contacto cultural" y otros.
A mediados de los años
30 el Subcomité del Consejo de Investigaciones de Ciencias
Sociales de EE.UU. preparó toda una Memoria para el
estudio de la aculturación con el objetivo de clarificar
el concepto; es decir, para darle un baño de rosas
que fuera compatible con las nuevas investigaciones; así
Robert Redfield (1897-1958) lo llega a definir como: "Todo
fenómeno resultante cuando grupos de individuos que
poseen diferentes culturas, tienen contactos de primera mano,
con subsecuentes cambios en la cultura original; que es norma
de uno y otro o de ambos grupos".
(12)
De este modo, una concepción,
que había nacido del aplastamiento impositivo de unos
pueblos sobre otros, deviene concepto general sobre los cambios
pacíficos en las relaciones grupales y sus respectivas
culturas. El "cambio de collar" es utilizado como
instrumento metodológico para múltiples investigaciones
posteriores.
Desde los años
20 el propio Redfield realiza un estudio comparativo de las
comunidades campesinas de Yucatán, México, de
donde se deriva su concepción sobre la "Cultura
Folk" (13)
, que forma parte de esta valoración aculturativa.
En 1938 Melville J. Herskovitz
da a conocer su obra Aculturación.
El estudio del contacto cultural (14)
, donde también trata de redefinir el concepto para
adecuarlo a las nuevas circunstancias. Reconoce que el concepto
había adquirido anteriormente "un sentido equívoco,
ya que fue utilizado indistintamente para designar diferentes
fases o aspectos del contacto cultural; estos significados
pueden sintetizarse en los siguientes:
- Como
toma y daca entre diferentes culturas, resultado de un contacto
cultural algo estrecho entre los pueblos portadores de aquellas;
- como
el proceso en el cual una cultura recipiente absorbe un
rasgo específico de otra;
- como
sinónimo de educación;
- como
sinónimo de asimilación; [y]
- como
sinónimo de difusión. (15)
Adopta el concepto anteriormente
elaborado junto con Redfield y Linton e incluye la nota explicativa
siguiente: "La aculturación debe distinguirse
del cambio cultural, del cual es un aspecto, y de la asimilación,
que a veces es una fase de la aculturación. También
debe diferenciarse de la difusión, la cual, aunque
ocurre en todas las instancias de la aculturación,
no sólo es un fenómeno que con frecuencia se
desarrolla sin que ocurran los tipos de contactos entre pueblos
especificados en la definición anterior, sino que también
constituye sólo un aspecto del proceso de aculturación"
.(16)
Precisamente esta obra
es una de las que conoce Ortiz y sus postulados teóricos
no se adecuan a su práctica investigativa realizada
durante varias décadas. La aculturación es una
concepción demasiado estática para calificar
procesos de intercambio activo donde intervienen grupos portadores
de culturas diferentes.
En 1948 se publica la
primera edición en inglés de El hombre y
sus obras. La ciencia de la antropología cultural,
del propio Herskovitz, que es traducida al español
desde 1952 y ya cuenta con diez reimpresiones (17)
. En estas versiones, el capítulo XXXI está
dedicado a la Transculturación: la transmisión
cultural en marcha; pero ello no significa la aceptación
terminológica, sino que su traductor M. Hernández
Barroso, conocedor del neologismo, aclara que "La hemos
venido usando en este libro, como la traducción más
acertada de acculturation, así como en otras obras
anteriormente editadas por Fondo de Cultura Económica"
(18)
, como si el contenido del concepto fuese el mismo. Sin embargo,
en el desarrollo del capítulo Herskovitz se niega aceptar
la propuesta conceptual de Ortiz; primero reconoce que: "Si
no estuviera tan firmemente fijada la palabra acculturation
en la literatura antropológica, `transculturación´
podría igualmente ser bien usada para expresar el mismo
concepto" (19)
y seguidamente trata de reducirlo a una simple "expresión"
sobre los cambios culturales.
También Ralph Linton (1893-1953), uno de los pilares
de la escuela etnopsicológica, publica en 1940 un estudio
sobre la aculturación en siete tribus de indios norteamericanos
(20)
. En ese año el propio Herskovitz presenta un informe
sobre los estudios de aculturación realizados en EE.UU.,
Filipinas, África Occidental, India y América
Central (21)
y posteriormente vuelve a valorarlo en su Dinámicas
culturales (22)
.
La compilación dirigida por Bernard J. Siegel sobre
Aculturación (23)
, en 1955, resume el contenido de 39 libros y 55 artículos
de revistas sobre esta temática
(24)
, lo que brinda un amplio panorama acerca de los trabajos
de campo y la interpretación de los contactos interculturales.
Por otra parte, aunque los antropólogos ingleses han
operado con diferentes posiciones teóricas y han preferido
el término "contacto cultural" al de aculturación,
también han contribuido a la difusión internacional
de esta literatura, especialmente en los países anglohablantes,
como ha sido el caso en 1945 de la obra de Godfrey y Mónica
Wilson (25)
.
El término también
se hizo extensivo a otras ramas de la antropología
como la etnopsicología, en el estudio sobre el proceso
de aculturación y su influencia en el desarrollo de
la personalidad, en los trabajos de Gillin y Hallowell (26)
. Otras investigaciones abordaron el tema de la disrupción
y la aculturación en el estudio de diversos cultos
religiosos, como el realizado por Phileo Nash en Norteamérica
y Kenelm Burridge en Melanesia (27)
.
Trabajos más recientes
reconocen que a partir de 1960 el concepto de aculturación
ha sido poco a poco sustituido en la literatura antropológica
norteamericana por otros como "cambio cultural",
"desarrollo" y "movimiento social".
(28)
El empeño esclarecedor de Ortiz
Por otra parte, desde
que Ortiz lanza su neologismo al lenguaje antropológico
internacional se encarga de demostrar mediante varias obras
fundamentales como El engaño de las razas
(1946), La africanía de la música folklórica
de Cuba (1950), Los bailes y el teatro de los negros
en el folklore de Cuba (1951), y Los instrumentos
de la música afrocubana (1952-1955); entre otras
monografías, el carácter complejo y altamente
dinámico de los procesos de transculturación
en los aspectos humano, musical, danzario, teatral y organológico
(29)
.
En la primera de las referidas
obras y como parte de una denodada crítica a las teorías
y prácticas racistas, a la vez que en defensa de la
cultura como sustancial cualidad humana, escribe: "La
historia americana no puede ser comprendida sin conocer la
de todas las esencias étnicas que en este continente
se han fundido y sin apreciar cuál ha sido el verdadero
resultado de su recíproca transculturación"
(30)
. .
Por ello, al año
siguiente, cuando publica los Preludios étnicos
de la música afrocubana valora altamente el papel
de la investigación etnológica como vía
necesaria para comprender los contenidos esenciales de la
cubanidad; esa cualidad étnica original y
distinta de sus antecedentes primarios, que logra explicar
mediante su concepción de la transculturación.
En este sentido señala: "Entonces ya comprendieron
algunos, [...] que mi faena de etnografía no era un
simple pasatiempo o distracción [...] sino que era
base para poder fundamentar mejor los criterios firmes de
una mayor integración nacional". (31)
|
8.
De Laguna, Frederica. "[Introduction to Section
VII] Method and Theory of Ethnology", in Selected Papers
from the American Anthropologist, 1888-1920. Washington,
D.C., 1960, pp. 787-788. Se refiere a la obra de Powell
Introduction to the Study of Indian Languages.
9.
Ibídem, p. 788.
10.
Mc Gee, W.J. Piratical Acculturation, 1898.
11.
Culture, a Critical Review of Concepts and Definitions,
New York, 1952.
12.
Redfield, Robert; et al. Memorandum for the Study of Acculturation,
1936.
13.
Véanse "Culture Change in Yucatan", 1934
y La pequeña comunidad. Sociedad y cultura campesinas,
La Habana, 1973, en cuyo capítulo IX estudia lo que
denomina "cambio por aculturación".
14.
Herskovitz, M. J. Acculturation. The Study of Cultural Contact.
Augustin Publisher, New York, 1938.
15.
Iznaga, Diana. "El término transculturación",
en Transculturación en Fernando Ortiz, La Habana,
1989, p. 44.
16.
Ibídem., pp. 44-45.
17
Fondo de Cultura Económica, México, 1992.
18
P. 572.
19
P. 572.
20
Linton, Ralph. Acculturation in Seven American Indian Tribes,
1963.
21
Herskowitz, M. "Some Comments on the Study of Cultural
Contact", in American Anthropologist, no. 43, 1941,
pp. 1-10.
22
Cultural Dynamics, New York, 1964.
23
Acculturation, Critical Abstracts, North America, Stanford,
California, 1955.
24
Véase Serguei A. Tókarev. "El problema
de la aculturación", en Historia de la etnografía,
La Habana, 1989, pp. 231-232.
Wilson, G. y M. The Analysis of Social Change. Based on
Observations in Central Africa, Cambridge, 1968.
25
Wilson, G. y M. The Analysis of Social Change. Based on
Observations in Central Africa, Cambridge, 1968.
26
Véanse John Gillin, "Acquired Drives in Culture
Contact", en American Anthropologist, no. 44, 1942,
pp. 545-554; y A. Irving Hallowell, "Sociopsychological
Aspect of Acculturation", en Culture y Experience,
New York, 1945 y 1967.
27 Véanse
P. Nash, "The Place of Religious Revivalism in the
Formation of the Intercultural Community on Klamath Reservation",
en Fred Eggan, ed. Social Anthopology of Nort American Tribes,
Chicago, 1937 y 1955; y Burridge, K. Mambu. A Study of Melanesian
Cargo Movements and Their Ideological Background, New York,
1960.
28
Winthrop, Robert H. Dictionary of Concepts in Cultural Anthropology,
New York, 1991, pp. 3-6.
29
Véase un estudio particular al respecto en Diana
Iznaga. "La aplicación del concepto transculturación
al estudio de la música, sus instrumentos y el teatro",
en Transculturación en Fernando Ortiz, La Habana,
1989, pp. 66-95.
30
El engaño de las razas, La Habana, 1975, pp. 31-32.
"Preludios de la música afrocubana", en
Revista Bimestre Cubana, vol. 60, nos. 1-3, junio-diciembre
de 1947, p. 211.
31
"Preludios de la música afrocubana", en
Revista Bimestre Cubana, vol. 60, nos. 1-3, junio-diciembre
de 1947, p. 211.
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