MUNANSO UNGUNDO (Casa de la Ceiba): sincretismo Afrocubano de Palo Monte –Regla Bruja-

Jorge Luis Rodriguez (Stage Of The Arts, Inc.) and Beatrice M. De Oca
(Western New Mexico University)

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Nikuaco Luana

Foto de Jorge Luis Rodriguez

A mi Tata Cristobal Orlando, in memoriam

Durante 1997 y 1998 estudiamos la musica y danzas rituales en Matanzas, Cuba. Tambien facilitamos y dirigimos la enseñanza de musica y danzas rituales Afrocubanas en Los Angeles, California. El aprendizaje provino de maestros de folklore Afrocubano y los estudiantes en California no eran ni cubanos ni practicantes de religiones Afrocubanas.
Nos enfocamos en lo Lucumi (Musica y danzas Yorubas de la Regla de Ocha) y en lo Congo (Musica y danzas Bantú de la Regla de Palo Monte).

El sincretismo

“Había una copa de cristal, esa era la verdad. Un día cayó al piso y se deshizo en mil pedazos; cada uno cogió un pedazo... y cada cual cree tener la verdad.” nos dice Cristóbal Orlando, Tata Nkisi (sacerdote de Palo Monte) en la ciudad de Matanzas, Cuba. Cristóbal se refiere a las diferencias que observamos entre las prácticas religiosas de los pueblos Yorubas en Nigeria, África, al compararlas con la religiosidad Yoruba 1 en Cuba.

Lo musulmán y lo cristiano han sustituido algunas de las antiguas tradiciones Lucumí para muchos pobladores de Nigeria, aunque recientemente se han fortalecido los estudios académicos y teológicos de esta cultura ancestral.

“En Cuba se mantiene la religión como era en sus orígenes”, afirma Cristóbal.

A finales del siglo XVIII el desarrollo de la industria azucarera trajo a Cuba los esclavos Yorubas, los cuales superaron en número a los que habían sido traídos del Congo desde el siglo XVI. En Nigeria, un sacerdote de Obatalá (Orisha creador de la Humanidad) recibe solamente el asentamiento de Obatalá. La subasta de los esclavos generalmente trajo consigo la separación de las familias y amenazaba con la desintegración cultural de los grupos etno-religiosos. Es posible que fuera entonces cuando los Yorubas comenzaron a ‘recibir’ varias deidades, buscando la manera de perpetuar los linajes religiosos al permitir que un solo individuo fuese portador de varios Orishas.

Con la fe en cada deidad, se preservaron también los cantos a cada deidad, los bailes, los tambores y las relaciones corporales y anímicas que continúan manifestándose en Cuba hasta nuestros días. Los pueblos africanos reprodujeron en Cuba los sistemas de ciudades-estado y conservan aún las estructuras de cabildo durante sus relaciones espirituales.

Cuando los amos esclavistas trataron de imponer el Catolicismo a sus esclavos, como había dictado el mandato evangelizador desde el comienzo mismo de la colonización española en América, se inició el proceso de sincretismo y transculturación que aún continúa desarrollándose. Una vez en la iglesia, el Yoruba identificó el aspecto de las imágenes que se le obligaba a adorar con las deidades de su propio culto. Ante la imagen de Santa Bárbara, que viste una túnica roja y sostiene una espada; él reconocería a Changó, el guerrero dueño del trueno y los tambores que viste de rojo y como Zeus sostiene un hacha doble o bi-petaloide (oché). La Virgen de Regla, patrona del pueblo que lleva su nombre frente a la bahía de La Habana y que viste toda de azul, se identifica con Yemayá, la dueña del mar. Y así consecuentemente, se funde casi todo el panteón Yoruba con la cristiandad en el sincretismo y la transculturación de lo africano y lo español dando forma al mestizaje criollo donde se basa la nacionalidad cubana.

Una corriente académica en Cuba, sostiene que el concepto del sincretismo 2 está errado porque la aceptación del catolicismo sólo sirvió como camuflaje para proteger las verdaderas creencias del africano ante la teología del sistema esclavista. También otros académicos de Nigeria plantean que las religiones de base Yoruba en América, como la Santería y el Candomblé, no son el resultado del sincretismo sino más bien de la aceptación del Catolicismo por parte de los esclavos, debido a la tolerancia Yoruba manifiesta al respetar todas las religiones (Wippler, 1994).

Si bien estas pudieron haber sido las motivaciones para los procesos originales, luego el sincretismo se consumó a plenitud y los santos del Catolicismo están totalmente identificados con los Orishas en lo que se conoce como Santería o Regla de Ocha. Bajo este nuevo cuerpo litúrgico ya se encontraban fusionados todos los cabildos Yorubas en Cuba a finales del siglo XIX.

Las deidades que veneran los Congos (mpungos) son fuerzas mágicas, y a causa de no ser antropomórficos, nunca fueron asimiladas con los santos del Catolicismo. No existió sincretismo directo entre el cristianismo y los Bantú en Cuba 3 , sino que ocurre por carambola 4 al sincretizarse los Mpungos bantú con los Orishas yorubas y los Orishas estar sincretizados con los Santos católicos.

La asociación aparece dictada en este caso por los poderes animistas de cada deidad Bantú. Así que Changó (Santa Bárbara), el Orisha del trueno que vive en la Palma Real, se identifica con Siete Rayos (Santa Bárbara Macho). Madre de Agua (la fuerza del agua y la maternidad en Bantú), se identifica con la Virgen de Regla (Yemayá), la virgen negra que sostiene en sus brazos un bebé blanco; una imagen muy acabada del mestizaje cubano.

Centella Endoke (Fuerza de la muerte), sincretiza con el panteón Yoruba en Oyá (Santa Teresa de Jesús). La dueña del cementerio que se viste con todos los colores porque es la dueña del arcoiris.

Después de consolidarse a nivel nacional el cuerpo litúrgico de la Regla de Ocha, las “variantes antiguas” del Congo se re-organizaron a principios del siglo XX en las “variantes actuales” de la Regla Bruja o Regla de Palo Monte.

Este sincretismo no sólo sirvió para inocular la cultura europea en los africanos, sino también permitió durante la colonia (justificó) que el gobierno español autorizara y reconociera la jerarquía de los cabildos negros, permitió que los esclavos mantuvieran el tambor y participaran de los festejos cristianos con su música y sus danzas rituales. El tambor sirvió para que aún los Yorubas (Santeros), los Congos (Paleros), los Carabalí (Abakuá) y los Ewe-Fong (Arará), sigan llamando en Cuba a sus dioses, a sus seres mágicos y a sus muertos.

Procesos similares ocurren con la colonización francesa en Haití (Vodoo) o con los portugueses en Brasil (Candomblé) y Shangó en Trinidad. Cuando la colonización británica en Norteamérica separó al negro del tambor, lo separó de sus antepasados, de la voz de sus dioses y de su cultura ancestral. Fernando Ortiz refiere cómo la falta de participación del negro en Cuba durante la misa católica auspiciada ininteligiblemente en latín le hizo mantener y preservar los cantos y bailes colectivos de las religiones africanas mientras que el negro en Norteamérica asimiló en los Spirituals la liturgia del protestantismo que oficiaba en idioma inglés (el cual podía entender), repitiendo constantemente sus cantos a los anhelos liberales del pueblo hebreo y la victoria final del hombre que tiene fe, contra la servidumbre de Satán (Ortiz, 1937).

Ya sea el Añá de los tambores Batá o el Ekue de los obonekues, los tambores son fundamento religioso de las culturas Afrocubanas. Los tambores Batá son como la Santísima Trinidad del catolicismo; el dios Añá se manifiesta en los tres tambores bi-membranófonos: Iyá (Madre), Itótele (Padre) y Okónkele (Hijo). La música de los Batá, sirve para desarrollar las danzas rituales basadas en el significado de cada deidad y estas danzas desarrollan a su vez el lenguaje corporal de los iniciados en la Regla de Ochá.

  1 Por “Yoruba” nos referimos en este estudio a los grupos que comparten dicho idioma y/o la misma cultura; aquellos que localizan sus orígenes y su meca en la ciudad sagrada de Ilé-Ifé, la antigua capital del Imperio.

2 Syncretism is the combination or reconciliation of different religious or philosophical beliefs. The Yoruba did not simply accept the Catholic saints -they identified them with the orishas, Santeria means literally "the worship of saints", and these saints are identified with the orishas of the Yoruba pantheon. (Wippler, Migene. Santería: The Religion, 1994, Llewellyn Publications)

3 Por “Bantú” nos referimos en este estudio a los grupos bacongos que comparten la fusión del castellano con el Bantú antiguo (el que hablaban los negros de Nación que vinieron de África), originando un nuevo caló Afrocubano que continúa siendo parte del lenguaje popular cubano y los rituales de Palo Monte.

4 Carambola: Cubanismo para indicar en las canicas o el billar cuando una bola golpea a otra que a su vez golpeará a una tercera.

 
 
 
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