Los negros
conocidos en Cuba como iyessá provenían de la
región de Ilesha, centro agrícola en el imperio
yorubá ubicado entre los 4º de longitud este y
los 7º de latitud norte, al noreste de la ciudad santa
de Ifé, meca religiosa de los yorubás. Según
Martínez Furé, “en las provincias de La
Habana, Matanzas y Las Villas existieron cabildos de esta
llamada nación africana, pero siempre íntimamente
relacionados con otras subtribus yorubás, con las que
muchas veces se les confundía”. (Diálogos
Imaginarios. La Habana 1973, pág. 139).
Según tradiciones orales guardadas entre los practicantes
y por documentos del Archivo Histórico Provincia de
Matanzas, el Cabildo Iyessá Moddú San Juan Bautista
de Matanzas fue fundado el 24 de diciembre de 1845, contando
con el apadrinamiento de catorce babalaos del Cabildo Santa
Teresa de Jesús.
Siempre ha radicado en la calle Salamanca No. 187 entre América
y Dos de Mayo, en la misma casa donde aún lo vemos.
Además
de los vehículos rituales como la lengua, instrumentos
o el complejo danzario-musical, la única diferencia
entre este templo iyessá y cualquier ilé ocha
o casa templo de Santería está dada por la ausencia
entre los iyessá de ceremonias de asentamiento, consagración
o coronación de las divinidades u orishas a lo que
popularmente se conoce como hacerse santo. Para ello, sus
miembros han de acudir a una casa templo santera para coronarse
con el orisha que reclame su cabeza.
Pienso
que tal aspecto no deja de constituir una remembranza de la
ancestral dependencia de los iyessás a los yorubás.
No obstante, hay que indicar en la ciudad de Matanzas, el
uso de elementos iyessá en muchos rituales de la Santería,
especialmente relacionados con los orishas Oggún y
Oshún a quienes se tienen como oriundos de la tierra
iyessá.
Uno de
los aspectos más llamativos de los iyessá es
su música. Por lo general los himnos iyessá
son más rápidos y vivos que los usados en la
Santería. El conjunto de sus tambores también
resulta muy peculiar, pues a diferencia de la mayoría
de las músicas afrocubanas que emplean tres atabales,
aquí se utilizan cuatro.
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