IV

Si al formarse la religión de los Orishas en Nigeria asistimos a procesos donde se vinculaba una cultura más desarrollada (la akú) con otras menos evolucionadas (nagós, lucumíes e ibos) siendo la primera de ellas fundamental en la integración del sistema; en el caso de la Regla de Ocha en Cuba la situación es completamente diferente, porque aquí la cultura básica para el sistema es la del más débil, representada por las aportaciones yorubás-lucumies, frente a la cultura española sostenida por el colono indiano.
Pero a estas alturas del análisis prefiero hablar de dos planos culturales donde en primera instancia se efectúa el proceso o los procesos sincréticos, uno correspondiente a las culturas menos desarrolladas y otro perteneciente a las más evolucionadas. Es la realización de los mecanismos sincréticos en ambas dimensiones lo que he denominado como línea interna del sincretismo, mientras a los vínculos entre ambos planos los clasifico como línea externa del sincretismo, lo cual en alguna medida se corresponde con lo que algunos antropólogos o estudiosos de la fenomenología de las religiones hoy llaman bajo y alto sincretismo.
En el caso cubano las especies que integran uno u otro plano distan mucho de ser homogéneas, ni aún en el origen étnico; pues el factor negro de la santería no es únicamente akú (lucumies, yorubás) porque en él están presentes elementos de clara ascendencia nupe o takua, mandingas y ewe-fong, mientras tampoco la cultura más evolucionada que se les enfrenta tiene un sólo origen, ya que además de las diferencias regionales d e España que portaban los colonizadores ibéricos de acuerdo a sus procedencias, también hay que tener presente cuantas aportaciones musulmanas y hebreas coinciden en la matriz cultural hispana, a más de influencias anglo-sajonas, gálicas, flamingas y hasta germánicas, consecuentes a los intercambios culturales que el comercio y la economía europea de aquellos momentos hacían inexcusables. Por todo lo dicho es que sostengo la existencia de procesos internos de sincretismos, anteriores o simultáneos a que ambos planos comenzaran a influenciarse.
Por supuesto, que lo antes expresado es igualmente válido si cambiamos los nombres de los componentes del proceso y presentamos la Religión de los Orishas traída por los negros lucumíes y yorubas, frente al Cristianismo profesado por los colonos españoles.
Conviene destacar que fundamentalmente no va a ser el Cristianismo contenido en la doctrina oficial de la iglesia Católica Apostólica y Romana lo que va a actuar como factor modificante en las expresiones religiosas tradicionales de los negros en Cuba y otros países de Latinoamérica, sino las prácticas y valores de un catolicismo popular, en muchos aspectos al borde mismo de la herejía, coincidente en razonamientos y tipos de prácticas con las que ya habían desarrollado estos africanos tradicionales ahora sometidos a la esclavitud.
No cabe dudas que unos y otros se influyeron mutuamente hasta llegar a la base misma de sus creencias que reconocieron, cuando no equivalentes, por lo menos no antagónicas, ni mucho menos excluyentes; por eso cuando terminó la esclavitud y con ella gran parte de las prácticas cotidianas y legales que frenaban una total integración de las masas populares en la Isla, no fue extraño que las formas de religiones afrocubanas y sobre todo la Santería, comenzaran a ser practicadas igualmente por negros, mestizos y blancos.
Existían una serie de analogías entre la religiosidad tradicional que portaban los secuestrados de ascendencia yorubá-lucumí y la religiosidad popular de los blancos que encontraron al llegar a Cuba, similitudes que pueden ser resumidas en el siguiente cuadro:

 

ANALOGÍA RELIGION DE LOS ORISHAS CATOLICISMO POPULAR
Creencia en
un sólo Dios
Oloddumaré. Dios Padre
Creencia en la
accion benéfica
y propiciatoria
de personajes
intermediarios
Los Orishas Vírgenes-Santos
Creencia en una vida
más allá de la muerte
Alem. Paraíso, purgatorio e
infierno

Pienso que las tres anteriores similitudes fueron puertas que permitieron a ambos grupos de practicantes reconocerse como compatibles y a partir de ellas se abrieron las vías para los mutuos intercambios, cada vez mayores para la parte negra a medida que fue concluyendo la trata y con ello cortándose el vínculo con el centro ancestral o punto de referencia para esa religiosidad.
Así, paulatinamente, la Iglesia Católica devino en el punto referencial de donde surgen los elementos modificantes a la religión de los Orishas en Cuba, conformando la transculturación que hoy conocemos por Regla de Ocha o santería, quedando introducidos en el nuevo culto valores dogmáticos, aspectos litúrgicos y usos tradicionales como:

-El dogma de la Santísima Trinidad, que posibilita la creación en la santería de Olofi y Olorum, no existentes como entidades míticas en la Religión de los Orishas y que aquí es necesario introducir para equipararlos con una Segunda y Tercera Persona de la Santísima Trinidad, esto es El Hijo (Olofi) y el Espíritu Santo (Olorum).
-Mediante Olofi es acortada significativamente la incomunicación de los creyentes con la Deidad Suprema, pues a Olofi se le dirigen jaculatorias y oraciones, sutiles ofrendas y hasta "habla" por determinados signos o "letras" de la adivinación.
-Queda establecida una dependencia con la Iglesia Católica que incluye el sacramento del bautismo como indispensable, así como el ofrecimiento de la misa en determinadas ocasiones.
-El uso de objetos de la práctica católica como crucifijos, imágenes, agua bendita, velas, etc.

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