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Forma parte de el trabajo Presencia de Don Fernando Ortiz en la Psiquiatría Transcultural Cubana

Continuemos refiriéndonos al aporte del término Transculturación del Dr. Ortiz, pues la palabra que se usaba en estos estudios era Aculturación ("Acculturation"), empleada por Powell desde 1889.

El Profesor José A. Bustamante, el más destacado en estos estudios en Cuba, en su ponencia presentada a la III Sesión Plenaria "Psiquiatría Transcultural" del IV Congreso Mundial de Psiquiatría nos aclara el proceso por el cual se aceptó mundialmente el término transculturación en lugar del término sajón expuesto. En este trabajo se aclara lo expresado por Don Fernando Ortiz en 1940: "Entendemos que el vocablo transculturación expresa mejor las diferentes fases del proceso transitivo de una cultura a otra, porque este no consiste solamente en adquirir una distinta cultura, que es en rigor lo que indica la voz anglo-americana "acculturation", sino que el proceso implica también necesariamente la pérdida o desarraigo de una cultura precedente, lo que pudiera decirse una parcial desculturación y además, significa la consiguiente creación de más fenómenos culturales que pudieran denominarse de "neoculturación" y añade que el gran maestro de Etnografía, Bronislaw Malinovski, hubo de aprobar su argumentación. Añade Bustamante que M. Herkovits (1951) en su libro "El hombre y sus obras: La Ciencia de la Antropología Cultural", apoya el término; se crea el Grupo Latinoamericano de Estudios Transculturales (GLADET), se edita la revista Transcultural Psychiatric Research Review and News letter de la Mac Gill University y se celebró en 1965 un simposio de la CIBA Foundation con el nombre de Transcultural Psychiatry.

Los que trabajamos con Bustamante, orientamos nuestra actividad al estudio de las modalidades que en los cuadros nosológicos crea en nuestro medio la influencia sincrética de culturas europeas y africanas dentro del amplio objeto de estudio de la ya definida Psiquiatría Transcultural, así como también ya fue definido el aporte del vocablo por nuestro Don Fernando Ortiz.

Cuando un profesional interesado en la Psiquiatría Transcultural se adentra en el estudio de la obra de Ortiz no deja de sentirse impresionado, no sólo por lo erudito de la misma y los conocimientos culturales, religiosos, danzarios, etnográficos que le aporta, sino por las incursiones que el sabio cubano hizo sobre hipotéticos mecanismos de acción (patogénicos) en trastornos mentales tan estudiados hoy como los que acompañan al suicidio, la disociación de la conciencia y el manejo tranquilizador de la ansiedad a través del pensamiento mágico.

En nuestro país la tasa de suicidios es tan elevada que se encuentra entre una de las primeras causas de muerte, lo que ha determinado que el Ministerio de Salud Pública haya elaborado y puesto en marcha un amplio Programa de Prevención del Suicidio, que incluye acciones de salud preventivas primarias, secundarias y terciarias que implican desde el Médico de la Familia, los médicos de Sectores y los equipos de Salud Mental a todos los niveles.

La presencia de elevados casos de suicidio dentro de los esclavos llamó la atención de Don Fernando y en su libro "Los Negros Brujos" lo detalla, abunda en la forma que usaban generalmente ahorcándose, en otras, envenenamiento por caramagüey o por el guao. Señala que el suicidio llegó a revestir carácter epidémico e insistió no sólo en el mecanismo auto agresivo de quien lo usaba sino también como agresividad hacia otras personas y en particular hacia el amo, sustrayéndose de su propiedad y ¡esto fue dicho por Ortiz en 1906 cuando estos estudios eran incipientes para la Psiquiatría de la época!

También despierta interés el conocer si las tendencias suicidas del negro en ese entonces marcaron nuestra cultura e influye en nuestras tasas actuales, hipótesis que pudiera ser objeto algún día de investigación transcultural en Cuba.

Ortiz se refiere en dos de sus obras al mecanismo de desestructuración del campo de la conciencia, o estrechamiento, que como veremos más adelante fue fuente de trabajos en el campo de la Psiquiatría Transcultural, expresando claramente el mecanismo hoy manejado de centrarse el pensamiento mágico en la conciencia producto de ese estrechamiento, desplazando al pensamiento lógico, produciendo una confusión entre lo mágico y lo real.

En su obra "Los Negros Brujos", al referirse a las jergas de los brujos, dice: : "Otro motivo de jerga sagrada parece a primera vista descubrirse en un fenómeno histérico (...); no es raro en el histerismo y no es sino el paso de algunas impresiones de la inconsciencia a la esfera de la conciencia". Resulta sorprendente que esto fue dicho en 1906.

En su obra "Los bailes y el Teatro de los negros en el Folklore de Cuba" describe el mecanismo disociativo del danzante en un Ilú Batá al montársele el santo, calificándolo de embriaguez, coincidiendo con otro autor, en la exaltación emocional, sensorial y disgregación de la personalidad que se produce por: la monotonía de los toques y cantos, el ruido de los pasos, el golpeteo de las manos, el sonido de las maracas, el aturdimiento laberíntico por las vueltas, las sensaciones cinestésicas engendradas por la repetición incesante, reuniéndose poco a poco lo que adormece la atención y la conciencia y todo lo que exalta la subconciencia y el automatismo.

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