A
principios del siglo XX, los artistas europeos dirigen
su atención a culturas originales: lo exótico, lo
negro, lo infantil, permean sus obras con sus recursos
expresivos, creando ejes de implicación que se expanden
o contraen en el arte de la centuria. Artistas como
Vlaminck, Matisse, Derain o Picasso atenderían al
arte africano y recibirían la influencia de su diseño
preciso, de su síntesis conceptual y su economía formal
en el proceso de simbiosis de los fundamentos que
contribuyeron y validaron el surgimiento de las vanguardias
artísticas del siglo XX. La presencia de las diferentes
culturas negras africanas en el continente europeo
en este período es apenas anecdótica, es mayor la
relación con las culturas con influencia árabe de
África del Norte. La relación europea con el África
negra está constituida fundamentalmente por colecciones
de arte, por los testimonios de viajes, al tiempo
que la presencia de africanos subsaharianos en el
Viejo Continente es insignificante.
En
el ámbito del continente americano la situación es
diferente: a principios del siglo XX, América conserva
aún sus características de la colonización, pese a
que ha culminado el proceso de liberación y se estabilizan
las repúblicas, estas continúan la evolución cultural
vueltas a Europa, con el retardo lógico de los medios
de comunicación entre ambos continentes. Una actitud
mediatizada que influye en el proceso de evolución
de la cultura y la identidad propias, a partir de
las culturas dominantes.
A
inicios del siglo XX en Cuba, la influencia de escritores
e intelectuales brillantes, como José Jacinto Milanés,
Nicolás Heredia, Julián del Casals; así como de hombres
del vigor intelectual y militar de los Loynaz, Carlos
M. de Céspedes, Ignacio Agramonte, Calixto García,
Máximo Gómez, José Martí; ha cimentado conceptos de
identidad y cultura nacionales. En cuanto a las Artes
Plásticas, la Academia de Bellas Artes de San Alejandro
en La Habana valoriza la pintura académica, de corte
realista, y al mismo tiempo dota de conocimientos
técnicos a las generaciones de artistas que contribuirán
al desarrollo de las artes plásticas de este siglo
en Cuba, cuestionando el academicismo impartido y
atendiendo a las vanguardias europeas: y que constituirían
el núcleo creador de la literatura y el arte cubanos.
Coincidiendo con el final de la Guerra de Independencia
y el inicio del período republicano, en la década
de los años '20 varios intelectuales se unen en la
defensa de una identidad nacional. Entre estos intelectuales
de vanguardia, nucleados en el Grupo Minorista, estaban
Emilio Roig de Leuchsenring, Fernando Ortiz, Rubén
Martínez Villena, Alejo Carpentier, José Manuel Acosta,
José Zacarías Tallet, Regino Pedroso, Nicolás Guillén,
Amadeo Roldán, Jorge Mañach y otros. El Grupo Minorista
funda en 1927 La Revista de Avance, que tendría una
importancia decisiva en el desarrollo de las artes
plásticas en Cuba y propicia el conocimiento de la
poesía de Nicolás Guillén y la fuerza del universo
visual de Wifredo Lam. La Revista de Avance promovió
la primera exposición de arte moderno de Cuba y contribuyó
a la difusión de obras literarias y artísticas.
En
este proceso de identificación y rescate de los rasgos
de nuestra identidad cultural, la valoración del aporte
de las culturas de resistencia o marginales, es fundamental.
El referente afrocubano (3)
estará en las fuentes creativas de cualquier artista
cubano: el
culto de los Orichas (yoruba) aporta la
influencia del vestuario de consagración, los cinturones,
las coronas y los paños. Los vestuarios son elaboraciones
de alta costura a la usanza europea del siglo XVII
y se usan solamente durante la coronación de santo
o iniciación del iyawó; los paños sirven para cubrir
el fundamento del santo y sólo se cubre con ellos
a una persona mientras la misma es poseída por el
oricha, ya que en este caso el oricha ha abandonado
su vasija para asentarse en el devoto. Los
altares, así como las cuentas en la elaboración
de collares y paños con caracoles son otra manifestación
artística afrocubana.
También
encontramos una gran variedad en la artesanía ritual;
desde las herramientas de Changó (Obákoso y Oggoddó
ma kulenkue) hasta los plumeros de rabo de caballo.
En Palo
Monte (bantú) especialmente en la
Brillumba que predomina en Matanzas, también encontramos
una enorme fuente de inspiración visual, desde los
talismanes de Mayombe hasta el vititi mensu (espejo
mágico). La grafía de las firmas de invocación ritual
propias de Palo Monte y la religiosidad Abakuá
(carabalí) aparece en la obra de numerosos artistas
cubanos y matanceros. En la obra de arte en sí, pueden
existir referencias explícitas, abstracciones, sustracciones
o deconstrucciones de una poética de los códigos plásticos
afrocubanos que permite el reconocimiento evidente
o tangencial, ese reconocimiento que distingue la
cadencia en la música, el ritmo del habla en la literatura
o la gestualidad captada por la Escuela Cubana de
Ballet, esas referencias que sintonizan una identidad
abarcadora.
(3)
Suscribo el razonamiento aplicado a la religiosidad
cubana por Jesús Guanche y Gertudis Campo en su obra
titulada "Artesanía y religiosidad popular en la santería
cubana: el sol, el arco y la flecha, la alfarería
de uso ritual", en cuanto a precisión y utilidad del
término transculturación respecto al término afrocubano.
Sólo que aquí debo utilizar "afrocubano" porque se
requiere distinguir un sector de aporte cultural diferenciándolo
respecto a otros de procedencia española, inglesa,
china, etc.
There
is a 30 mints. documentary about the previous trips of
PROYECTO PALO MONTE (Available by sending your mailing
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